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domingo, 5 de mayo de 2013

(Mal) Vivir del arte

A pesar de la infinidad de posibilidades laborales en el mundo del arte, los estudiantes se ven desprotegidos más allá de los muros de la hermosa facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco.


Aurora Suárez Moreno terminó de estudiar la antigua licenciatura de Bellas Artes en la UPV-EHU en la promoción de 1989. Siempre quiso hacer Bellas Artes y recuerda cómo su padre le advirtió sobre el lugar en el que se estaba metiendo. “Porque la carrera no son los estudios, la carrera es ahora”, puntualiza Suárez. Esta animada mujer se gana la vida impartiendo clases de plástica en un instituto navarro, pero también fue docente en la facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco. Se lamenta de tener que separar su tiempo en dos, por un lado el creativo y por otro el que emplea para ganarse el sustento. “Si el artista se preocupa de ganar dinero, no está preocupado por su creatividad. Por eso yo separo mis horas de trabajo para sostenerme de mis horas de creatividad”.
Según publicó Lanbide, entre la promoción de licenciados del 2008 hay un 27% de paro y su mejor opción para encontrar empleo estuvo en manos de conocidos, amigos y familiares. Además, el 92% de los ex -alumnos de esa misma promoción se dedican al sector servicios.

Otro de los problemas al que se tienen que enfrentar aquellas personas dedicadas al mundo artístico es que “hay demasiada gente que quiere lo mismo y no hay para todos”. Por tanto, las facultades deben plantearse nuevas fórmulas para que su alumnado pueda encontrar un hueco en el mercado laboral. “Cuando eres joven necesitas muy poco, pero, a medida que va pasando el tiempo, tenemos las mismas necesidades que los demás. Creo que eso no se tiene en cuenta cuando se funda la facultad”. Para ella la facultad es como un microclima, un “microparaíso” en el que abundan los estímulos para los estudiantes. “Tienes que agarrarte a tu fe para poder hacer y seguir haciendo arte, porque está todo en tu contra”. Así de tajante se muestra Aurora Suárez sobre la motivación que debe tener un artista para mantenerse a flote.

En el caso de Aurora Suárez, conseguir financiación para llevar a cabo sus obras supone todo un reto porque trabaja el arte conceptual y poca gente lo comprende. “Hoy en día en el arte contemporáneo hay que dar demasiadas explicaciones y la gente se aburre. Además me molesta muchísimo el  tener que estar dando siempre explicaciones”.
 
“Tienes que agarrarte a tu fe para poder hacer y seguir haciendo arte, porque está todo en tu contra”, Aurora Suárez Moreno


Dibujante sin rumbo
Agustín de la Iglesia a sus 54 años sigue dedicándose al arte. En su persona se refleja el antiguo mito del artista como bohemio, mendigo y con tendencia a llevar una mala vida. Asegura que él fue uno de los primeros dibujantes que realizó una exposición de cómics en Vizcaya. Se autocalifica como uno de los mejores de su tiempo. “Lo que yo hago no lo está trabajando nadie más, hago acuarela con espátula. Yo estoy haciendo vanguardia, un arte improvisado, espontáneo y libre, es genial”.
Este bilbaíno se pasa el día pintando y actualmente comparte un estudio con su amigo Emilio de Bilbao. Su estilo de vida roza (y supera en ocasiones) la mendicidad. Vende dibujos en bares y pide la voluntad, comenta que a veces pide 20 euros y si hay buena racha 50 euros. No le va el estilo de trabajar por encargos porque trabaja con la imaginación, hace retratos en el momento y al natural. “Los artistas no venden, pero yo vendo todo”, confiesa.  
“Yo me hubiera suicidado 40 veces si no tuviera el arte. Es como un cigarro”, Agustín de la Iglesia
Su vida ha sido como una montaña rusa. Ha estado en lo más alto y en lo más profundo de las miserias humanas. Problemas con drogas y un diagnóstico psiquiátrico equivocado durante la mayor parte de su vida han contribuido a que este estupendo dibujante haya perdido el rumbo.  La relación con su famoso hermano pequeño, Álex de la Iglesia, le ha marcado una pauta para auto superarse. “Lo de mi hermano me ha afectado muchísimo pero para bien, porque  me exijo más, quiero mejorar como artista y como persona”. Es el doble filo de la fama en palabras de un hombre que perdió su orientación hace tiempo. La tendencia artística en esta familia no sólo viene por parte de los dos hermanos, su madre también era artista y daba clases en la facultad, e incluso la hija de Agustín de la Iglesia ha estudiado arte.
Ha probado suerte en diversas profesiones a lo largo de su vida; estudió un tiempo medicina y derecho en la universidad, diseño de joyería y electricidad. Pero lo que no cambiaría por nada es el arte. “Mi vida sin el arte hubiera sido muy triste, he disfrutado mucho pintando, no me arrepiento de nada, ni de haber acabado con treinta y pico a pesar de haberla empezado con 19 años”. Para este hombre el arte es una terapia. “Yo me hubiera suicidado 40 veces si no tuviera el arte. Es como un cigarro”.
Asegura que se ha mantenido económicamente gracias a su familia. “Nunca me ha faltado, siempre me han apoyado cuando les he necesitado. Lo mío es por rebeldía, siempre ha sido así. Ahora me callo en vez de montar la brisca”.
La facultad y el mundo laboral
El vicedecano de extensión universitaria de la facultad de Bellas Artes de la UPV-EHU (situada en el Campus de Leioa), Natxo Rodríguez Arkaute,  asegura que en su departamento se dedican a organizar actividades culturales como exposiciones, conferencias y charlas, así como las prácticas en empresas. “En esta facultad cada año hacen entre 90 y 100 alumnos prácticas en empresas y cada curso tiene como 250 alumnos”, apunta el vicedecano de extensión.  “Las prácticas les ayuda a coger velocidad a la hora de trabajar, en ellas se dan cuenta de las salidas laborales que hay, distintas a la de artista o profesor”. Como es el caso de la gestión cultural que no se estudia en ninguna otra facultad y sirve para museos, centros cívicos, ayuntamientos, etc.  “Otra salida está en la fotografía, las productoras de televisión... en EITB mucha parte de la programación lo hacen las productoras. Luego también para museos y la parte de restauración. Hay empresas que trabajan en todos estos ámbitos”, enumera Rodríguez Arkaute.
En el curso 2010/2011 se matriculó un total de 1.329 alumnos (estudio La universidad en cifras). Con la implantación del plan de estudios de Bolonia  en ese mismo curso, la antigua Licenciatura en Bellas Artes expiró  para dar paso a tres grados: el Grado en Arte, el Grado en Conservación y Restauración de Bienes Culturales y el Grado en Creación y Diseño. La mayoría de las plazas están reservadas para el Grado en Arte.


“Los planes de estudio son difíciles de cambiar y casi siempre se cambian tarde”, Natxo Rodríguez Arkaute



La mayor oferta y demanda de prácticas está en Vizcaya, provincia en la que se encuentra la facultad. A raíz de la crisis económica, las empresas recurren a becarios para conseguir mano de obra barata o gratuita. “Las empresas últimamente se acercan a la universidad para conseguir chicos en prácticas porque se nota que ellos no tienen presupuesto para contratar a alguien y recurren a novatos”.
Una de las posibilidades más interesantes que los jóvenes estudiantes pueden explotar se encuentra en la industria de los videojuegos. “Mientras que las otras ramas cada vez están reduciendo sus ingresos –comenta Rodríguez Arkaute-, en los videojuegos sigue subiendo. Los planes de estudio son difíciles de cambiar y casi siempre se cambian tarde. Para cuando estén metidos en bellas artes, será porque habrá salido otra cosa…”.




Autoempleo  
Hace 3 años que Susana Herran y Dolores Mucientes se licenciaron en Bellas Artes  por la rama de pintura. Ambas poseen una historia similar y actualmente trabajan juntas en su propia academia de pintura, BI ARTE BI. Todo comenzó para estas mujeres con la insistencia de sus respectivas profesoras de academia sobre el talento que poseen para estudiar la carrera universitaria. Dolores Mucientes, “Loli” para sus allegados, es auxiliar administrativo y ahora lleva su propio negocio junto a su compañera de facultad. No es de extrañar la decisión que han tomado este par de emprendedoras, puesto que el autoempleo es la segunda opción laboral más recurrida entre los licenciados en Bellas Artes según el estudio que realizó Lanbide con la promoción de 2008.
“Nos pusimos entre las dos, que el riesgo es menor, y nos pusimos a andar”, comenta. Hicieron un estudio de mercado y Santutxu fue el barrio bilbaíno en el que abrieron el negocio. Tanto una como la otra opina que la universidad les ha aportado muchos conocimientos que pueden aplicar en sus clases. Llevan dos cursos impartidos y trabajan con personas de todas las edades, desde los 4 hasta los 70 años. Se dedican a enseñar las bases de la pintura en todas sus variantes, además creen que parte de su éxito se debe a que su objetivo en la universidad era terminar sabiendo. “Puedes pasar por allí, sacar el título y no aprender nada”, apunta Susana Herran.
Trabajar por encargos 
Licenciado hace 24 años,  Felipe Uribarri se dedica actualmente a todas las ramas artísticas en las que haya demanda. Afirma que “no hay límites” a la hora de realizar trabajos por encargo. Su faceta creativa la ha aparcado para el tiempo libre y en los distintos encargos que acepta ya sabe de antemano lo que debe realizar, como por ejemplo, una pintura mural para algún bar o local; restaurar alguna obra de arte; hacer fotografía...
Durante un tiempo se dedicó a vender su obra gráfica, pero su modo de trabajar es peculiar porque lo hacía con un “hilo de creatividad”. En un solo día dibujaba una tirada de entre 100 y 120 dibujos sobre papel, siendo prácticamente el mismo dibujo en cada pliego. Después los vendía a 1.000 pesetas en un local que abría en un único día y lograba deshacerse de todos los dibujos, esto le suponía un negocio rentable (dado que los materiales papel y tinta son económicos). Pero con la llegada del Euro este tipo de negocio ya no es rentable. “Ahora ya el nivel adquisitivo es menor –afirma el artista- y con ese dinero podemos comprar menos cosas, la gente pasa del arte". Uribarri reconoce que se mantiene en el mundillo gracias al boca a boca, para él “no hay nada mejor”.

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